¿No te ves capaz para enfrentarte a determinadas situaciones o personas? ¿O por el contrario, crees que eres capaz de comerte el mundo si te lo propones?¿Te falta valor para comenzar ese nuevo proyecto?¿Infravaloras o sobrevaloras tus capacidades?
La confianza en uno mismo es uno de los valores más preciados que existen hoy en día. Unos creen que jamás lograrán confiar en sus propias capacidades, ya que sus inseguridades bloquean su radio de acción. Otros, sin embargo, pecan de soberbia y se creen capaces de conquistar terrenos nunca explorados. Ambas características, infravaloración y sobrevaloración de las propias capacidades, nos avocan a una vida repleta de frustraciones. Lo ideal es equilibrar esta balanza, ser consciente tanto de nuestras limitaciones para no precipitarnos a actuar donde sabemos que no podemos llegar, así como de nuestras capacidades que nos permitirán conseguir el éxito en aquello que nos propongamos en base a nuestros talentos.
Las personas que padecen déficit de confianza en si mismos suelen actuar de manera cauta, arriesgando poco, por debajo de sus posibilidades. Saben que pueden dar más pero no tienen la valentía para hacerlo. Las personas que padecen de exceso de confianza en si mismos, sabiendo poco sobre algo, se aventuran por encima de sus conocimientos y capacidades arriesgando por encima de lo que pueden. Es la realidad la que los devuelve a sus límites causando verdaderos daños en su interior. Entre lo uno y lo otro, debe existir el equilibrio adecuado y la consciencia de lo que se puede y lo que se merece cada uno.
Para conseguir este objetivo proponemos una serie de claves que te ayudarán a lograr la confianza en ti mismo que necesitas:
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Superar la duda: es imposible no sentir temor o duda ante un nuevo reto. Pensamientos del tipo “no voy a ser capaz, no me lo merezco…” nos asaltan provocándonos bloqueos e inseguridades en nuestras propias valías. Estos pensamiento invalidantes no tienen utilidad, simplemente nos han de servir para ser prudentes y realistas. No permitas que te bloqueen.
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Acéptate como eres: estamos educados en la dualidad, en el bien y el mal. Nos impedimos ser lo que somos y no confiamos en que nuestra manera de hacer las cosas sea tan válida como cualquier otra. Nos exigimos ser perfectos tanto con nosotros mismos como con los demás, esto es un error. Ocultar nuestros miedos, pasiones, deseos, enfados, etc. sólo consigue que desconfiemos más de nosotros mismos. Debemos aceptar nuestras virtudes y defectos, así como las emociones negativas que nos sobrevienen en determinadas situaciones.
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El origen en la infancia: la infravaloración o la sobrevaloración de las propias capacidades, en muchas ocasiones, tiene su origen en la infancia a través de padres que expresan a sus hijos comentarios del tipo “eres malo”, “eres el mejor en todo”, “quédate conmigo y no te pasará nada”….la descalificación, la excesiva valoración o la sobreprotección son mensajes que calan en el niño que las escucha construyendo un concepto de si mismo adecuado a estas expresiones. Lo ideal es dejar que los niños se enfrenten tanto al éxito como al fracaso, debemos protegerlos en su justa medida y permitir que resuelvan por si mismos los problemas que pueden encarar en función de su edad y capacidades.
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Incluye el diálogo: un diálogo que una lo que nosotros vemos y pensamos con lo que otras personas ven y piensan nos ayudará a encontrar la medida justa de la confianza en nosotros mismos. Dictadores y personas poderosas que aparentan gran confianza en si mismos rehuyen del diálogo que expondría su frágil y engreída estructura.
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Autoconocimiento: es necesario reconocer y distinguir tanto lo que tenemos y nos corresponde y a lo que podemos llegar, como aquello que no tenemos, no nos corresponde y a lo que no podemos alcanzar. Sé realista con tus capacidades, limitaciones y aspiraciones.
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Arriesga y vencerás: porque cuando te pones en acción siempre ganas. Ganas en valentía, en aprendizaje a pesar de que falles, en coraje, en confianza en ti mismo…Ponte a prueba, sólo así sabrás la medida de tus capacidades.
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Sé auténtico: el que sobrevalora sus conocimientos se enfunda en un personaje que cree que es, que inventa y manipula para conseguir algo, pero en realidad se está engañando a si mismo. Puede que engañes a los demás pero nunca a ti mismo y eso es lo que te llevará a la frustración. La confianza en si mismo necesita de autenticidad, necesitas un verdadero capitán que maneje el barco de tu vida no un personaje que crea saber como se maneja el barco.
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Lucha por tus sueños: el éxito verdaderamente importante viene del respeto hacia uno mismo y de arriesgarse en la dirección de lo que somos y sentimos, de potenciar nuestros talentos y capacidades. Los logros personales se apoyan en confiar en que lo que somos es bueno y necesario para el mundo.
Recuerda que eres más valiente de lo que crees, más fuerte de lo que pareces y más inteligente de lo que piensas.
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