Integrarnos en un nuevo grupo de amigos, establecer relaciones adecuadas con nuestros hijos adolescentes, decir NO sin que la relación se sienta perjudicada, actuar correctamente en una entrevista de trabajo…. estas son algunas de las ocasiones en que nos van a ser de utilidad las habilidades sociales
Las habilidades sociales se definen como el conjunto de conductas por parte de un individuo en un contexto interpersonal que expresa los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de este individuo de un modo adecuado a la situación, respetando esas conductas en los demás, y que generalmente resuelve los problemas inmediatos de la situación mientras minimiza la probabilidad de problemas futuros. Por tanto, las habilidades sociales son necesarias para conseguir ciertos objetivos que nos ponemos en la vida (por ejemplo: conseguir que nos suban el sueldo), mantener o mejorar las relaciones sociales (por ej: no tener un conflicto con el jefe) y mantener una sana autoestima (por ej: no sentirnos inferiores si no nos conceden el aumento ni autocastigarnos por ello).
En el entrenamiento en habilidades sociales es tan importante lo que se dice como lo que no se dice, es decir, la conducta verbal (la información que se transmite, autorrevelaciones, forma….), la conducta no verbal (expresión facial, distancia, sonrisa, mirada, postura, gestos….) y, así como la conducta paraverbal (volumen, entonación, fluidez del discurso, silencios….). La forma en que comuniquemos el mensaje tiene que ver con el estilo asertivo que presente cada persona, esto es, pasivo, asertivo y agresivo. Las personas que suelen carecer de unas adecuadas habilidades sociales son los sujetos inhibidos o pasivos que, por lo general, presentan una baja autoestima, están en riesgo de ser abusados, suelen pasar inadvertidos, se inhiben ante la toma de decisiones y no resuelven los problemas al no enfrentarse a ellos. Ante un problema o situación conflictiva que requiere una solución o respuesta inmediata, ésta se da tarde o se excusan para no tener que afrontar el problema. Frecuentemente, bajan la mirada, tienen un tono de voz bajo y suelen expresarse con vacilaciones y expresiones tales como “quizás, supongo, te importaría si, no crees que…”. El efecto de estas conductas es que estos sujetos presentan con frecuencia problemas interpersonales, estados de ánimo bajos, sensación de desamparo, una autoimagen pobre…
A continuación destacamos algunos aspectos claves que te ayudarán a mejorar tus habilidades sociales:
INICIAR CONVERSACIONES
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Observa si es el momento adecuado o no para iniciar una conversación.
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Busca situaciones en las que sea posible iniciar una conversación.
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Ten preparados ciertos temas de conversación neutrales para comenzar la comunicación.
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La importancia de la presentación: lo ideal es poner buena cara con una sonrisa no forzada, mirar a los ojos, dar la mano con firmeza y mantener una distancia adecuada.
MANTENER CONVERSACIONES Y TEMAS DE TRANSICIÓN
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Una conversación no es un interrogatorio. Realiza preguntas abiertas para que la otra persona pueda dar una respuesta amplia y no se sienta incómoda.
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Ceder y tomar la palabra. Para ceder la palabra podemos dejar de hablar y mirar a la otra persona directamente a los ojos sonriendo. Para tomar la palabra podemos aprovechar una pausa del interlocutor para hablar, o directamente cuando nos hace una pregunta, no habla y nos mira.
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Cambiaremos de tema cuando hay una laguna en la conversación, cuando el tema del que se está hablando se está acabando o cuando la otra persona parece aburrida. También puedes aprovechar un tema porque te recuerde a otro (“esto me recuerda aquella vez que…”).
HACER CUMPLIDOS
La habilidad para realizar cumplidos se asocia con una mayor popularidad. No obstante, no es aconsejable dar cumplidos constantemente ya que es probable que los otros no crean que eres sincero. Además, pueden incomodar a los demás pues pueden pensar que deseas conseguir algo de ellos.
RECIBIR CUMPLIDOS
La forma más sencilla de recibir los cumplidos es simplemente dando las gracias o manifestando aprecio. No se debe desmerecer el cumplido. La no aceptación de un cumplido puede ser interpretado de forma negativa para la persona que lo emite, puede que a esa persona le cueste expresar cumplidos y no aceptándolo le puede parecer un menosprecio, o que no sepa de lo que está hablando. Al no aceptar los cumplidos desciende la probabilidad de recibirlos en el futuro.
RECHAZAR PETICIONES
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Mantener el contacto ocular mientras se está hablando
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Usar un tono de voz firme
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Comenzar con una disculpa y a continuación, utilizar la palabra “pero” (“Lo siento, pero..”)
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A continuación del “pero”, proporcionar una breve razón por la que se rechaza esa petición.
AFRONTAR CRÍTICAS
No importa lo buenas que sean nuestras relaciones, podemos estar seguros que de vez en cuando seremos criticados. De cómo afrontemos la crítica dependerá la calidad de nuestras relaciones. Por lo general, solemos responder de manera inadecuada a la crítica:
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Ignorándola, negándonos a discutirla, cambiando de tema o marchándonos. Por ejemplo: “Venga vale lo que tú digas”, “Mejor vamos a dejarlo, ¿vale?”, “Me voy, porque sino…”
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Negándola directamente. Por ejemplo: “¿Pero qué dices?”, “¿De qué vas…?”
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Disculpar nuestra conducta, explicando con detalle y rebajando su importancia. Por ejemplo: “Hombre, no te lo tomes así”, “Tampoco es para tanto”…. El resultado es que la otra persona siente que no hemos prestado atención a sus sentimientos o razones.
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Responder a la crítica con otra crítica. Al hacerlo expresamos nuestros sentimientos, pero suele causar un daño importante en las relaciones, favorece los argumentos acalorados y hace que la gente se pierda el respeto mutuo. Por ejemplo: “Pues anda que tú”, “Pero si eres tú el que….”
Una forma adecuada de responder a las críticas sería:
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Pedir detalles con el fin de enterarnos de cuales son las objeciones de la otra persona
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Repetir estas objeciones para que la otra persona vea que le hemos escuchado y reducimos, así, el riesgo de discusión.
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Si se está de acuerdo con la crítica, se asume, se pide disculpas y se ofrecen alternativas para compensar el error. Por ej: “Créeme que lo siento, me gustaría hacer algo para compensar..”
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Si no se está de acuerdo con la crítica, se acepta que el otro tenga derecho a opinar, ofrecemos nuestra propia opinión y volvemos a mostrar acuerdo con el derecho del crítico a dar una opinión. Por ej: “Me parece bien que me hayas dicho lo que no te gusta, yo pienso..”
CÓMO DECIR NO
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Date cuenta que tienes derecho a decir NO, es tu elección renunciar a él.
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Conoce tus prioridades, valores y principios; y di NO a todo aquello que vaya en contra de ellos.
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Escribe lo que quieres decir y vuelca en ello toda la rabia, tristeza o cualquier sentimiento intenso que te bloquee a la hora de decir NO. Esto te servirá de borrador y te ayudará a templar tus emociones para transmitir con claridad todo aquello que quieras decir.
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No des demasiadas explicaciones, simplemente di NO y la razón principal del por qué.
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Ofrece alternativas, si te sientes mal por decir NO, así amortiguarás el efecto.
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Solo di NO. A veces con un sencillo “Lo siento, pero me temo que NO puedo aceptar” las otras partes lo toman con mucha facilidad dándonos cuenta de que la mayoría de los conflictos con decir NO son ilusiones propias que están en nuestra mente.
Sea usted mismo, incluso con sus defectos. No pretenda representar ningún papel, no finja, sea usted mismo…..un poquito mejorado, pero manteniendo su identidad.
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