¿Te sientes inferior a los demás? ¿Sabes que vales mucho pero no sabes como hacérselo ver a los demás?¿Crees que no mereces nada de lo que tienes?
“Una antigua leyenda hindú cuenta que hubo un tiempo en el que todos los hombres eran dioses; pero abusaron de tal forma de su divinidad que Brahma, el Dios supremo, decidió desposeerlos de su poder divino y esconderlo en un lugar donde les fuera imposible encontrarlo. El problema, por tanto, era decidir cuál sería ese escondrijo.
Cuando los dioses menores fueron convocados a un consejo para resolver este problema, propusieron lo siguiente:
Ocultemos la divinidad del hombre bajo la tierra.
Pero Brahma respondió:
No, eso no basta, pues el hombre excavará y acabará por encontrarla.
Entonces los dioses replicaron:
Echemos la divinidad a lo más hondo de los océanos.
Pero Brahma respondió de nuevo:
No, pues más tarde o más temprano, el hombre explorará las profundidades de todos los océanos, y lo más seguro es que un día la encuentre y la saque a la superficie.
Entonces, los dioses menores concluyeron:
No sabemos dónde esconderla, pues no parece existir ni en la tierra ni en el mar, un sitio adonde el hombre no pueda llegar algún día.
Entonces Brahma dijo:
Ya tengo la solución. Esto es lo que vamos a hacer con la divinidad del hombre: esconderla en lo más profundo de sí mismo, pues será el único lugar en el que nunca pensará buscar.
Desde ese momento, concluye la leyenda, el hombre ha dado la vuelva al globo, ha explorado, escalado, excavado y se ha sumergido, ha explorado la Luna y el cielo en busca de algo que se encuentra dentro de él.
La valoración personal comienza por el autoconocimiento, ya no sólo de nuestras virtudes y defectos, sino también de nuestras metas y objetivos, así como de los principios que rigen nuestra existencia. El hecho de vivir ciertas experiencias nos ayuda a conocernos ante diferentes situaciones o problemas, ponemos a prueba nuestras capacidades y, en muchas ocasiones, nos sorprendemos de la fortaleza que tenemos para afrontar determinadas situaciones que nos ocurren en momentos límites. Éste es un camino largo y difícil, hemos de saber encajar aquello que no nos gusta de nosotros para poder mejorarlo y sacarle partido a todo aquello que podemos potenciar para dar lo mejor de nosotros mismos, pero, sin duda alguna, alcanzar la meta merece el esfuerzo.
A continuación, enumeramos determinadas claves para mejorar tu valoración personal:
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Aumenta la motivación: tu motivación personal es la fuerza que te permite salir de la cama y te proporciona la energía necesaria para moverte y ser tú mismo. Céntrate en tus motivaciones más profundas a fin de vivir, de manera más sencilla y con una mayor confianza en ti, la vida que deseas. Para saber tu principal motivación en la vida, contesta la siguiente pregunta: “¿Qué es lo más importante para mí en la vida?” y establece una lista con tus valores más importantes.
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Da importancia a lo que tienes: has de saber qué es lo que realmente quieres y cómo deseas vivir. Mantente fiel a tus principios para poder alcanzar la vida con la que sueñas. Para ello contesta a la siguiente pregunta: “¿Si tengo esto en mi vida, qué es lo que me aporta?”.
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Felicítate por tus éxitos: muchas veces nos quedamos anclados en los fracasos, en todo aquello que no hemos podido conseguir y eso nos genera un estado de frustración difícil de eliminar. Esto no es justo, por ello quiero que analices lo que ocurrió el año pasado y sé consciente de tus éxitos.
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Enfréntate a tus miedos: la persona que sabe valorarse es confiada, ha superado sus miedos, sus enfados, sus resentimientos y su culpabilidad. Está claro que muchos de nuestros comportamientos están destinados a evitarnos sufrimiento. ¿Pero si en lugar de evitar sentir miedo, fueras a su encuentro, como si quisieras neutralizarlo, qué pasaría?, ¿qué crees que sería lo peor que podría pasar? Y si así ocurriera, ¿lo podrías enfrentar?.
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Saber decir NO: muchas veces para satisfacer la necesidad de ser aceptado, te obligas a decir que “si” por temor al rechazo, al que dirán….te sacrificas a ti mismo en favor de las otras personas, lo que te hace acomodarte en un lugar de víctima que termina convirtiéndose en insatisfacción y frustración con la propia vida. Decir NO no significa ignorar las demandas de los demás o la importancia de sus necesidades, sino que se dice no a la petición, pero si a la persona, es decir, “te tengo en cuenta pero no puedo hacerlo.”
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Atrévete a pedir: al igual que debemos saber rechazar peticiones, también es adecuado pedir cuando lo necesitamos. Para ello, debes tener claras tus necesidades, aceptar que las tienes, reconocer que son importantes, concederte el derecho a satisfacerlas y pedir explícitamente todo aquello que necesites. Permite a los demás que te ayuden, al igual que tú ayudas a los demás.
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Evita las interpretaciones y los sobreentendidos: es preferible pecar de reiterativo que dar por hecho, por lo que, antes de interpretar algo que crees que hará o pensará la otra persona, pregúntale primero. Para desactivar los sobreentendidos es importante conocerse e identificar las zonas de susceptibilidad, es decir, los temas o puntos críticos que más emociones te generan. Y ante todo sé honesto contigo y con los demás, y solicita que también lo sean contigo.
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Confío en mí para….: por último y una vez puestas en marcha las claves anteriores, realiza el siguiente ejercicio. Anota en una hoja todas aquellas cosas en las que te sientes capaz, orgulloso, por todo aquello que te valoras…. Empieza cada frase con un: “Confío en mí para…..” o “Me valoro si….”.
La vida no un sitio concreto o un destino. La vida es un camino.
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