¿Cuando te vas de viaje eres capaz de desconectar de los problemas o preocupaciones que te inquietan? ¿Utilizas los viajes como forma de crecer como persona o traes contigo más problemas que con los que te fuiste?
Estamos en época de vacaciones y en muchas ocasiones aprovechamos este periodo para viajar y desconectar de nuestro entorno habitual, bien sea en familia, con amigos o solos. Los viajes pueden ser por muy diversos motivos: placer y descanso, diversión, descubrimiento de nuevas culturas, monumental, etc. En todos y cada uno de estos viajes, además de aprovechar para disfrutar de unos días de descanso u ocio, lo ideal sería adoptar una actitud de apertura a lo desconocido para empaparse de personas, lugares, tradiciones que nos permitan aprenden y mejorar en nuestro crecimiento personal. Para ello debemos llenar nuestra maleta de ciertas actitudes que nos ayudarán a aprovechar mejor nuestro viaje. Algunas de ellas son: flexibilidad, tolerancia, confianza, autenticidad, espontaneidad….
Antes de emprender el viaje debemos tener claro el objetivo que perseguimos, según se tenga necesidad de contacto o de retirada planificaremos nuestro viaje. Debemos tomar el viaje como una prolongación de las necesidades vitales, quizás una persona sienta el deseo de contacto con personas, nuevas culturas, creencias y valores, vivir una experiencia estimulante o simplemente llenar un vacío. O quizás otra persona solo necesite su espacio, desconectar del mundo habitual y evitar todo tipo de contacto, lo que por defecto hará que se acerque más a si mismo.
Una vez decidido el objetivo del viaje se debe adoptar una actitud de apertura, puesto que a veces lo más interesante de un viaje está en las relaciones con las personas que se van cruzando en tu camino. Otra actitud importante que meter en la maleta mental es la de flexibilidad o capacidad para adaptarse a las nuevas situaciones, en cierta manera es importante planificar un viaje pero también es adecuado dejar espacio para la sorpresa, la improvisación y el dejarse llevar, porque son esos momentos los que harán único tu viaje. Por último, intenta mantener a raya las expectativas para no caer en la decepción o negatividad, intenta ver además de con los ojos, con la mente y valora cualquier resultado como bueno y positivo.
No olvides meter en la maleta de la mente:
-
Conciencia de lo que eres, el objetivo del viaje, lo que te llevas contigo y lo que puedes extraer de la experiencia vivida.
-
Apertura mental para conocer realmente lo que tienes a tu alrededor, imprégnate de la tradición, la cultura, las personas de ese lugar…..toda experiencia es enriquecedora.
-
Libertad de actuación en tu programa, deja siempre un hueco para ser impulsivo, permítete salirte del guión y experimentarás la sensación de ser libre.
-
Adaptación a las demás personas que viajan contigo, no siempre vamos a hacer lo que queramos cuando viajamos en compañía, lo mejor es que exista una comunicación clara y fluida e intentar satisfacer las necesidades de todos. También es conveniente tener espacio personal y momentos para uno mismo dentro del viaje en familia, grupo o amigos.
-
Confía en ti mismo tanto en la vida diaria como en el periodo vacacional, esto te permitirá disfrutar más del viaje y si sucede cualquier acontecimiento inesperado, soluciónalo cuando llegue. No permitas que las preocupaciones, inseguridades y alertas constantes te impidan disfrutar de estos momentos tan necesarios de desconexión y disfrute.
-
Tolerancia sobre todo cuando viajas a países exóticos o con una formas de vida muy diferente a la tuya. No adoptes una actitud de extrañeza o distanciamiento, puesto que de todo se puede aprender y más de culturas alejadas a la occidental. Párate a pensar en sus valores, empatiza con sus alegrías y penas, pregunta, indaga e investiga, esa será la única manera de juzgar y aprender.
-
Sé auténtico, aprovecha la ocasión para mostrarte como sientes que eres ante las personas que vayas conociendo y observa sus reacciones, será una parte fundamental de tu viaje, te permitirá liberarte de condicionamientos, imposiciones sociales y conocerte realmente a ti mismo. Aprovecha este aprendizaje y aplícalo a tu regreso a la vida cotidiana.
No vemos las cosas tal como son, las vemos tal como somos
Deja una respuesta