Las rupturas de pareja pueden significar un mero trámite para seguir avanzando en tu vida o un verdadero sufrimiento si no se realiza de la manera adecuada. Normalmente uno de los dos miembros de la pareja es el que sufre más pero existen determinadas cuestiones que debemos saber al respecto de las rupturas sentimentales. A continuación expongo una entrevista realizada a Avanza Psicología en la que se intentan dejar claros los puntos clave sobre este tema,a veces controvertido.
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¿Qué problemas para el bienestar mental (pensamientos, enfermedades…) pueden surgir tras una ruptura sentimental? Tanto de forma inmediata como a largo plazo si no se trata adecuadamente.
Tras una ruptura sentimental pueden surgir varios tipos de problemas fundamentalmente. El primero de ellos y, probablemente, el más usual suele ser un sentimiento de baja autoestima, solemos culparnos a nosotros mismos de las posibles causas de la ruptura, de tal modo que es común que en nuestra mente aparezcan pensamientos del tipo “no soy lo suficiente para esa persona”, “no he sabido cuidarle”, “nunca voy a encontrar a otra persona igual”…. cosa que nos lleva a una situación de desesperanza, tristeza, apatía, etc.. que puede terminar desembocando en otro de los problemas más frecuentes tras una ruptura amorosa, como es la depresión.
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¿Cuáles son las fases del duelo tras una ruptura de pareja?
Al igual que en toda pérdida se suelen pasar por varias fases que pasamos a describir a continuación:
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Negación: esta fase se caracteriza por negar concienzudamente que la separación sea un hecho consumado, no se ve la realidad y la persona intenta por todos los medios dar marcha atrás o corregir aquello que haya hecho mal.
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Ira o rabia: es la creciente hostilidad contra la pareja que nos ha dejado, o también contra la vida y el mundo en general. Es una posición de defensa debido al daño o sufrimiento que causa dicha pérdida.
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Tristeza: suele ser la etapa más larga y en la que más personas se estancan. La persona va creyendo que la ruptura es ya un hecho y comienza a ver su vida muy difícil sin esa persona al lado.
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Aceptación: por último, si se produce un proceso de duelo adecuado termina por asimilarse la nueva situación, la persona redirige su vida de forma productiva asumiendo su nueva condición vital sin la pareja.
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¿Cuál es la etapa del duelo más crítica o determinante para la correcta recuperación tras la ruptura? ¿Por qué?
Como hemos comentado anteriormente la etapa más difícil de superar es la tristeza, porque es un sentimiento que todas las personas han experimentado alguna vez en su vida, y por tanto, no supone un shock emocional debido a que ya es un viejo conocido. Por tanto, se suele normalizar antes esta emoción que cualquier otra y eso puede provocar que la persona se conforme con este estado y no se esfuerce en mejorar o cambiar su actitud frente a la vida.
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¿Existen diferencias entre hombres y mujeres a la hora de decidir romper y de superar la situación? ¿Cuáles?
Como bien es sabido, hombres y mujeres somos diferentes, sobre todo en cuanto a la sensibilidad ante las emociones. Los hombres tienden a enterrar y tapar cualquier emoción, bien por parecer débiles frente a los otros o por una deficiente gestión de las mismas. Las mujeres en cambio, están más acostumbradas a tratar y mostrar sus emociones y, por eso, parece que su sufrimiento es mayor a simple vista. Pero lo que parece cierto, es que la forma de afrontar una ruptura sentimental dependerá de la situación y la personalidad de quien lo vive, independientemente del género.
En cuanto a decidir romper una relación, los hombres suelen ser más prácticos o racionales, no dejando que sus emociones afloren y se involucren en sus decisiones racionales. Las mujeres, en cambio, al dejar salir más su lado sensible y emocional, tienen que lidiar entre lo que le dice su cabeza y lo que siente su corazón a la hora de tomar ese tipo de decisiones.
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¿El que abandona sufre? ¿Por qué?
Por supuesto, el desapego o el “dejar ir” no es fácil para nadie que no esté entrenado en ello. La persona que rompe la relación también debe elaborar un duelo que puede ser más o menos llevadero en función de las motivaciones que le llevaron a terminar dicha situación; pero también hay que tener en cuenta que pueden influir en su estado otro tipo de emociones secundarias como la culpabilidad por el sufrimiento provocado en el otro, la hostilidad que surge si se ha sentido engañado, el rencor guardado durante el período de la relación, etc…
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¿Por qué hay personas que no están cómodas en una relación pero no se atreven a romperla y fuerzan al otro a que la rompa?
El miedo a lo desconocido, a tomar decisiones equivocadas, a cargar con la culpa por el sufrimiento de otra persona o de romper una familia, el sentimiento de soledad, etc… son algunas de las razones por las que una persona evita tomar la decisión de romper con una relación que no le satisface. El hecho de forzar al otro para que rompa la relación es dar nombre a la culpa o a la razón por la cual se rompe la pareja y, de otra manera, evita cargar con la responsabilidad de tomar una decisión que puede implicar emociones muy negativas para uno mismo y para otras personas.
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