¿Dónde están los límites del amor? ¿Quién define lo que es normal en una relación de pareja? ¿El amor conlleva siempre sufrimiento? ¿Te reservas el derecho de equivocarte en el amor? ¿Amar con o sin reservas? ¿Hay que renunciar a todo por amor?
Estas y otras preguntas muchas veces quedan en el limbo, no las definimos claramente antes de comenzar una relación de pareja o cuando definimos las características o el prototipo de nuestro ideal en el amor. No tener claros estos y otros conceptos puede hacer que nuestra idílica historia de amor se convierta en la peor de las pesadillas. Podemos ir respondiendo una a una las preguntas anteriores y cada uno tendrá su propia respuesta, pues:
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Los límites del amor están allá donde los quieras poner, dependiendo de hasta donde quieras dar o hasta donde estés dispuesto a ceder.
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La definición de la relación únicamente le corresponde a cada pareja, pero ten en cuenta que lo que valió con tu ex puede no valer para tu pareja actual y viceversa, por lo que será necesaria una nueva definición.
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Amor y sufrimiento son sentimientos que a menudo van emparejados, pero que canalizados de forma correcta se pueden gestionar sin mayores consecuencias.
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Todos deberíamos comenzar una relación con un as en la manga, ese que nos permita equivocarnos, pues si la expectativa es demasiado alta y no nos permitimos errar, puede ser posible que nos veamos encerrados en una relación en la que no queremos estar, por el simple hecho de no darnos margen de error, asumir nuestra vulnerabilidad o debilidad por tener que volver a empezar. Al contrario que esta perspectiva, se debe luchar por la propia felicidad y no dejarnos asustar por el cambio porque es positivo, nos permite crecer y evolucionar, pero para eso hay que perdonar y, sobre todo, perdonarse a uno mismo.
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Amar con reservas, porque siempre hay que reservar un espacio para amarnos a nosotros mismos, a no renunciar a nuestro tiempo, espacio, metas y proyectos vitales.
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Porque no siempre es posible renunciar a todo por amor….. nunca renuncies a tu esencia, a tus principios, valores y creencias, porque entonces te habrás perdido a ti mismo.
Para amar no debes renunciar a lo que eres. Un amor maduro integra el amor por el otro con el amor propio, sin conflicto de intereses, de forma que “Te quiero, porque me quiero a mí mismo, porque no me odio. Y si amarte significara aniquilar mi autoestima, prefiero la compañía de mi vieja amiga, la soledad”. Los cimientos de un amor sano y equilibrado se basan en cuatro pilares básicos: aceptación del otro, respeto mutuo, comunicación y confianza, a los cuales podríamos añadir otros complementarios como el sentido del humor, atención, proyecto de vida común…
Una pareja mantiene una relación sana de pareja cuando:
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En los momentos difíciles de la pareja, los dos están presentes e involucrados en la solución
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Cada uno se preocupa por el bienestar del otro
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Ambos se hacen cargo de las responsabilidades asumidas y no culpabilizan al otro
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Ninguno desprestigia al otro, ni a la relación
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Luchan codo con codo por las metas comunes, sin dejar toda la carga en el otro
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Sensación de colaboración, confianza y reciprocidad
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Los dos se toman en serio el uno al otro
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No subestiman los problemas del otro
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El intercambio afectivo y material es equilibrado y justo
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Los privilegios son distribuidos equitativamente
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Ninguno piensa que merece más que el otro
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Cada uno tiene disposición de su tiempo y espacio privado
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Expresas tus opiniones y puntos de vista relajadamente
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Existe una comunicación abierta y fluida
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Tu pareja no te vigila
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Sientes que creces como persona
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No debes justificar y explicar cada comportamiento
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Puedes expresar tus quejas y tu pareja te escucha seriamente
Del mismo modo que éstas serían las cualidades principales que harían que una pareja funcionara correctamente, también existen otros comportamientos y actitudes que hacen que tu relación se convierta en enfermiza o patológica. No es un amor sano quien no tiene en cuenta tus intereses o necesidades y no hace un esfuerzo por comprenderlos, sean justificados o no. Tampoco lo es aquella pareja a la que no le importe lo que pienses o sientas, ni quien no respeta tu autonomía, tu libertad y tu independencia, quien te quita la posibilidad de actuar de acuerdo con tus pensamientos o creencias. Estás en un amor enfermizo cuando:
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No te quieren. Expresiones del tipo “dame un tiempo” o “déjame pensarlo” son indicativo de que no te quieren. No aceptes limosnas y libérate de esa relación.
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Obstaculizan tu crecimiento personal. Una pareja debería complementarnos, sumar, hacernos evolucionar como persona, a la vez que evoluciona la relación. Si sientes que te has estancado o, peor aún, esa persona te resta, replatéate la situación.
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Vulneran tus principios o valores. Hay cosas en las que no podemos ceder, porque supondría traicionarnos a nosotros mismos. ¿Hasta donde estás dispuesto a negociar por amor?
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Te conviertes en un instrumento para satisfacer a otros. No solo es cuestión de dar, de sacrificarse por el otro, en una relación de pareja también es necesario recibir. Nadie tiene el derecho de utilizarte para satisfacer sus propios deseos personales…..tienes derechos ¡no lo olvides!
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Pérdida de libertad y autonomía. Nadie tiene el derecho de decidir por ti, ni de coaccionarte a estar donde no quieres estar. Si sientes que no eres dueño/a de tu propia vida, ¡sal de ahí!
Si por hacer feliz a la persona que amas renunciaste a tus deseos íntimos, has reprimido tu esencia o has adoptado un look prestado que distorsiona tu verdadero yo, pasaste el límite del amor sano. O peor, si ésa fue la “prueba de amor” que te exigieron, no te amaron o no te ama lo suficiente….y probablemente nunca lo harán.
Y si tienes problemas de desconfianza en tu relación de pareja, descubre el Manual sobre la desconfianza en la pareja o visita otros artículos relacionados con la desconfianza en este mismo blog.
jose leandro chimal lopez comentó el
les estoy muy agradecido, leei su articulo y espero acabar con mi mal de amores.
Por Lorena González López. Tu psicólogo de confianza en Avilés
Para más información escríbenos a lorena@psicologiavanza.es o llámanos al 619 906 108
Lorena González López comentó el
Muchas gracias por tu comentario Jose Leandro. Ánimo con tu problema. Saludos
Por Lorena González López. Tu psicólogo de confianza en Avilés
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