¿Padeces ansiedad por la carga de trabajo? ¿No eres capaz de desconectar del estrés laboral? ¿Te sientes presionado en tu trabajo? ¿No sabes como gestionar la ansiedad laboral que sientes?
En mayor o menor medida todos hemos sentido algún tipo de presión en el trabajo, puede ser puntual por un trabajo que tenemos que terminar a última hora, o puede ser mantenido en el tiempo porque la crisis ha obligado a hacer recortes de personal y te toca a ti llevar toda la carga de trabajo que antes os repartíais entre más personas. Entre los factores desencadenantes de estrés laboral más frecuentemente se encuentran: percibir un salario bajo, cargas excesivas de trabajo, poca motivación laboral, pocas oportunidades de crecimiento dentro de la empresa, demandas contradictorias, abusos de autoridad o mala relación entre compañeros.
Cuando los problemas por estrés laboral se mantienen en el tiempo pueden llegar a cronificarse llegando a producir síntomas tanto físicos como psicológicos que deben ser atendidos para evitar el desgaste emocional y fisiológico de la persona que lo padece. A corto plazo los síntomas se traducen en dolor de cabeza, trastornos del sueño, irritabilidad, falta de concentración, etc.. pero a la larga pueden acarrear consecuencias más graves como ansiedad, depresión, insomnio, enfermedades del corazón o debilitamiento del sistema inmunológico. Además, muchas personas mantienen hábitos poco saludables (fumar, beber, comer en exceso…) que agravan aún más el problema.
La APA (American Phychological Asociation) ha propuesto una serie de recomendaciones para enfrentarse al estrés laboral:
Identifica los estresores: durante una o dos semanas haz un registro diario sobre las situaciones estresantes y los síntomas que te provocan cada una de ellas, así como tu respuesta frente a éstas. Esta técnica puede ayudarte a identificar lo que produce el estrés y sus desencadenantes.
Desarrolla hábitos saludables: llevar una vida saludable ayuda a combatir el estrés y mejora tu bienestar físico. Algunas de estas actividades son: realizar ejercicio regularmente, llevar una dieta equilibrada, practicar alguna afición que te guste, pasar tiempo con amigos o familia, dormir bien, etc..
Ponte límites: a pesar de que puedas estar conectado al trabajo 24 horas al día gracias a las nuevas tecnologías, evita que esto suceda y marca tus horarios de trabajo para poder separar tu vida personal de la laboral.
Tómate un descanso: justo antes y después de un periodo estresante tómate un tiempo para recargar energía y evitar los efectos nocivos del estrés crónico y el agotamiento. Este proceso requiere desconectar del trabajo, realizar otras actividades placenteras o simplemente relajarse y descansar.
Aprende a relajarte: aunque parezca básico, lo principal es respirar correctamente, una vez que lo hagamos oxigenaremos mejor nuestro cuerpo y nuestros niveles de ansiedad irán descendiendo progresivamente. Además, es adecuado realizar ejercicios de relajación regularmente y, sobre todo, en períodos estresantes para calmar nuestro cuerpo y nuestra mente. Puedes encontrar estos ejercicios en este mismo blog.
Habla con tu superior: está comprobado que los empleados saludables suelen ser más productivos que los que padecen estrés. Ésta es una buena razón para que tus jefes estén motivados a crear un buen clima laboral. Trata de hablar con tu supervisor con el fin de elaborar un plan eficaz para gestionar los factores estresantes identificados en el registro.
Busca apoyos: contar con la ayuda de amigos de confianza y miembros de la familia puede mejorar la capacidad de afrontamiento del estrés.
Acuda a un profesional: si a pesar de todo lo anterior, no consigues gestionar adecuadamente el estrés laboral, lo más adecuado es que acudas a un profesional de la Psicología para que realice una evaluación detallada de tu caso y te aporte estrategias específicas que te ayuden a superar esta situación, aprender a manejar el estrés y adquirir hábitos de comportamiento más saludables.
Fuente: Infocop
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