¿Te cuesta hablar de sexualidad? ¿Has tenido una buena educación sexual? ¿Sientes que no estás preparado/a para el sexo? ¿No sabes cómo hablar con tus hijos sobre la sexualidad?
Muchas veces me encuentro con personas con grandes reparos a la hora de hablar sobre sexo. Se ruborizan, cambian de tema rápidamente o simplemente contestan con monosílabos o evasivas. Ésto puede ser causado por varios factores, pero el principal supone una deficiente educación sexual o unas pautas de crianza un tanto represivas en torno a la sexualidad. En nuestra sociedad nos han enseñado que el sexo es algo “de mayores”, y en muchos hogares, es un tema tabú. Todo esto ha propiciado que muchas personas, hoy en día, sientan reparos a la hora de hablar sobre su sexualidad, no disfruten plenamente de sus relaciones sexuales y transmitan a sus hijos unas ideas equivocadas en torno a este “comprometido” tema.
Sin embargo, es en la niñez cuando se desarrolla la identidad sexual; el contacto corporal y la comunicación con las figuras de apego puede ser decisivas para establecer una sexualidad que se viva con tranquilidad. Es importante mostrar afecto al pequeño y permitir que se manifieste sus emociones. Hay que tener en cuenta que los padres y personas más cercanas son modelos de referencia para ellos, lo normal es que pregunten y es necesario satisfacer la curiosidad infantil con una buena información sobre sexualidad; la falta de respuestas ante sus dudas convierte lo sexual en prohibido y pueden intentar resolverlas a través de métodos o personas que le ofrecerán información distorsionada, inadecuada o poco veraz.
No debemos limitarnos a responder a sus preguntas, sino hablar sobre todo aquello que se considere importante para que el niño pueda disponer de toda la información que precise en función de su grado de asimilación. Se pueden producir episodios de auto estimulación que tienen como objetivo la exploración del propio cuerpo y también el placer, pero no con el mismo significado que le da una persona adulta. La actitud que las personas adultas mantengan respecto a estas conductas, será origen del significado que ellos le den. Los gestos, las consignas, los límites que se establezcan y la coherencia de éstos con otros comportamientos, harán que lo que tiene que ver con lo sexual se dirija hacia lo íntimo y privado o lo haga hacia lo público. Los niños y niñas pueden jugar a tocarse o a desnudarse por varias razones entremezcladas: curiosidad, imitación, juego…. La clave está en la actitud de las personas adultas frente a estos juegos. Es importante no ver con ojos de adulto lo que hacen los niños.
A partir de los dos años se auto clasifican en función de lo que parecen, se van dando cuenta de que pertenecen a un sexo y no al otro. Sobre los 6 años suelen sentirse chicos o chicas, independientemente de sus gustos o genitales, es lo que se denomina constancia sexual. Lo que a estas edades un niño o una niña consideran que les hace identificarse como tal, tiene que ver con el género o construcción social que hace que algunas conductas, juegos, formas de expresar los sentimientos que son considerados de chicos o de chicas. En estas edades la educación sexual es muy importante, se forjan los cimientos en los que el niño asentará su identidad sexual; además, se incrementa la curiosidad por saber y empiezan a tomar conciencia de la moral sexual adulta, que se interiorizará como reglas fijas y universales. Es importante que estas reglas sean razonadas y explicadas, dentro de una concepción positiva de la sexualidad y que posibiliten la convivencia con quienes piensen de otro modo. Sus preguntas son importantes como oportunidad de abordar lo que quieren saber, lo que pueden saber y lo que necesitan saber.
Es conveniente adelantarse y estar preparados ante estas preguntas pues es preferible darles una explicación adecuada a su compresión y tener por seguro que han entendido el mensaje, que dejar que sean ellos mismos los que busquen la información por sus medios para saciar su curiosidad. Y es que, por ejemplo, los medios de comunicación proporcionan numerosos modelos de conducta sexual, los niños aprenden por observación pero en muchas ocasiones en estos medios hay demasiadas ausencias, distorsiones o no son adecuados para la compresión del niño.
A todo esto, podemos decir debemos:
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Normalizar la conducta sexual: Es normal que los niños y niñas sientan curiosidad sexual e incluso realicen algunas conductas sexuales como modo de juego o aprendizaje por imitación (caricias, besos, etc.).
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Evitar reprimendas: No reprobarles ante este tipo de conductas, sino intentar explicar con palabras apropiadas a su edad en qué consisten esos actos, y saciar su curiosidad cuando lo requieran o se crea necesario.
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Tener en cuenta el modelo de referencia: Ofrecer un modelo sano y positivo de la sexualidad humana. No perfecto, si real.
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No estigmatizar la sexualidad: Debemos intentar no convertir en un tema tabú el sexo y dejar que expresen sus dudas y emociones, pudiendo moldear los comportamientos inadecuados hacia otros que consideremos más apropiados a su edad y nivel de aprendizaje.
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Anticiparse al momento: Establecer un guión para estar preparados ante posibles preguntas sobre la sexualidad y no evadir el tema.
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Darse cuenta de que hablamos con un niño, con mentalidad de niño: Tener en cuenta que los niños no ven la sexualidad como lo puede ver un adulto y adaptar la información al nivel comprensivo del pequeño.
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Identidad sexual vs. rol de género: Ofrecer libertad en los roles y permitir al menor que desarrolle su propia identidad sexual independientemente de lo cultural y socialmente aceptado.
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Actitud comprensiva: Mantener una actitud de apoyo y aceptación incondicional, atentos a cualquier duda o preocupación que pueda exponer el niño.
La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir; no hay nada más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras
Soto comentó el
Muy interesante sobre todo para los que temones hijos me ha gustado porque te hace ver que las cosas obvias, por muy obvias que sean, no siempre se llevan a cabo.
Por Lorena González López. Tu psicólogo de confianza en Avilés
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